Protestas Sociales
El proceso de modernización en México durantes los años cuarenta y cincuenta generó un crecimiento económico sin precedentes en la historia nacional. La riqueza se incrementó, mas no se distribuyó de manera justa ni equitativa. Las diferencias entre pobres y ricos se acentuaron, y la polarización social aumentó: los sectores privilegiados se olvidaron de quienes menos tenían.
Para finales de la década de los cincuenta, muchos mexicanos estaban inconformes con el orden político, económico y social que reinaba en el país. Frente a la ausencia de vías democráticas para manifestar su malestar, organizarón diferentes movimientos para expresar su desacuerdo contra el gobierno. Organizaciones protestaron en las calles mediante marchas y movilizaciones sociales que evidenciaron las injusticias que afectaban a muchos trabajadores y campesinos; también las capas medias expresaron su hartazgo del autoritarismo del Estado. El deterioro del poder adquisitivo ( es la cantidad de bienes que una persona puede comprar pero ha disminuido) del salario, entre 1980 y 1977 fue de 70% , produjo un profundo descontento social.
Este resentimiento se sumó la insatisfacción creciente de una sociedad que veía cerrada la vía democrática para buscar un cambio de rumbo. Cada vez era más evidente que la mancuerna formada por el gobierno y el PRI obstruía el desarrollo de contiendas democráticas, por medio del control y la compra del voto, o incluso mediante el fraude. La protesta social no se materializó en expresiones violentas, como la guerrilla de las décadas pasadas o el terrorismo: se trató de una protesta abierta que circuló por las calles a la luz del día.
En la década de los ochenta hubo un intenso Movimiento Estudiantil, así como una serie de fusiones de las organizaciones de izquierda que culminaron con la formación de un nuevo gran partido de centro-izquierda, que se llamó Partido de la Revolución Democrática (PRD), y en la construcción de un claro desafío electoral.
El terremoto de 1985 trajo también consecuencias importantes para la vida social y política del país: surgieron numerosas Organizaciones populares asociadas con los damnificados y también con la población de barrios pobres o amenazados por la especulación inmobiliaria y otros factores urbanos.